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Recuperar la concentración

La popularidad del modelo de oficina abierta, impulsado por referentes como Google a comienzos de los 2000, inició una transformación radical del entorno laboral que hoy muestra claros signos de agotamiento.

Lo que comenzó como una apuesta por la colaboración y la espontaneidad ha desembocado en una crisis de concentración: espacios sin barreras, ruido constante y una cultura de la interrupción que mina la productividad. Un estudio reciente ha demostrado que el ajetreo y el bullicio de las oficinas modernas puede provocar una caída del 32 % en el bienestar de los trabajadores y reducir su productividad en un 15 % (Fuente: Researchgate).

El hogar se ha consolidado como un refugio para el trabajo del conocimiento, ofreciendo niveles de enfoque y autonomía que muchas oficinas simplemente no pueden igualar. La experiencia del teletrabajo ha cambiado la percepción de lo que significa un espacio de trabajo eficaz y ha elevado las expectativas de los empleados. La oficina, tal como la conocíamos, ya no es suficiente.

Con la vuelta a la presencialidad, nos encontramos en un punto de inflexión. La oficina no puede ser solo un lugar de encuentro o socialización: debe recuperar su papel como un entorno que favorezca tanto la colaboración como el trabajo individual profundo.

Drivers del cambio

Las expectativas de los profesionales han cambiado y la percepción de que «se trabaja mejor en casa» puede afectar la retención de talento si la oficina no ofrece condiciones adecuadas. Las numerosas innovaciones que han surgido durante los últimos años para crear un entorno laboral óptimo en casa, gestionar mejor el tiempo y reducir distracciones ha llevado a muchos a cuestionar la eficacia de la oficina tradicional.

Paralelamente, el auge del modelo de oficina abierta sin puestos asignados ha transformado la forma en que concebimos el entorno de trabajo. Este enfoque, que buscaba dinamismo, flexibilidad y una nueva forma de entender la cultura corporativa, se ha traducido de forma literal al diseño espacial, adoptando esquemas open plan en los que prima la visibilidad y la interacción constante. Sin embargo, esta implementación ha generado fricciones no planificadas: ruido ambiental, falta de privacidad, dificultad para encontrar espacios disponibles y una creciente sensación de desconexión en tareas que requieren máxima atención.

La concentración en la oficina parece haberse pasado por alto en los últimos años en favor de convertirse en el espacio último de colaboración. Sin embargo, los datos muestran que sigue habiendo un deseo por trabajar de manera individual, en un entorno que facilite las jornadas de trabajo reflexivas. Un reciente informe de XY Sense Workplace subraya que, si bien sigue existiendo una preferencia por los espacios de colaboración, con una tasa de utilización del 32 %, la necesidad de puestos de trabajo personales sigue siendo sustancial, con una utilización en torno al 26 %. Además, aproximadamente la mitad de las mesas compartidas de oficina se utilizan menos de una hora al día; sin embargo, el 30 % de los puestos de trabajo individuales se utilizan más de tres horas al día (Fuente: Workplace Intelligence). Esto sugiere que, si bien los empleados valoran los espacios de colaboración, también necesitan mesas personales para concentrarse en el trabajo.

«La era de las oficinas abiertas tradicionales ha terminado. Se demandan «lofts de trabajo» flexibles: espacios más pequeños y ágiles que combinen a la perfección zonas de colaboración y retiro. Se trata de redefinir el espacio personal en un entorno compartido».

Susanne Brandherm, brandherm + krumrey interior architecture

La consecuencia

Recuperar la concentración en la oficina será el imperativo de cara al diseño de los espacios de trabajo del futuro. En lugar de grandes salas de reuniones infrautilizadas, las oficinas apuestan ya por la multiplicación de salas más pequeñas y flexibles. Según datos de Steelcase, las salas de reuniones pequeñas fueron reservadas con anticipación el 50 % del tiempo y utilizadas bajo demanda el otro 50 %, lo que demuestra su creciente importancia en la dinámica laboral.

Al mismo tiempo, el diseño de oficinas empieza a incorporar estrategias que favorecen la concentración sin aislar por completo a los empleados. Es decir, privacidad sí, pero sin perder de vista la dimensión de colaboración que prima en las oficinas actuales. Una de estas estrategias es el body doubling, un concepto basado en la idea de que la presencia de otra persona puede mejorar la capacidad de concentrarse y completar tareas. Según la psicóloga Ellen Hendriksen, ex investigadora clínica en la Universidad de Boston, la mera presencia de otro puede generar un «efecto apoyo» que favorece el compromiso con la tarea. En términos de diseño, esto abre la puerta a nuevas tipologías de espacios compartidos —como bibliotecas silenciosas o mesas largas de trabajo— que permiten estar acompañado sin necesidad de interactuar. Los espacios abiertos bien diseñados, por su parte, pueden facilitar esta estrategia, brindando un nivel de estimulación social que fomente la productividad: control acústico, rutas de circulación claras, mobiliario que ayude a definir microzonas y elementos visuales que acoten el campo de visión. No obstante, para ser efectivos, estos espacios deben ir acompañados de zonas privadas donde los empleados puedan retirarse cuando necesiten un ambiente de silencio y concentración total.

En última instancia, la recuperación de la concentración en la oficina no solo implica cambios físicos, sino también nuevas normas organizativas. La reducción de reuniones innecesarias, el respeto por los tiempos de trabajo individual y la promoción de una cultura de productividad serán esenciales para que la oficina vuelva a ser un entorno donde el trabajo ocurra de manera efectiva. Solo así podrá competir con el hogar y ofrecer a los empleados las condiciones óptimas para desarrollar su trabajo de la mejor manera posible.

Las claves del diseño

Vuelta a los básicos

Buenas condiciones lumínicas y acústicas, ambientes con buena ventilación e IAQ (Indoor Air Quality), espacios pensados para la concentración.

Privacidad funcional

Incorporar cabinas, salas individuales o espacios semiabiertos que permitan retirarse para hacer trabajo profundo.

Adiós al efecto WOW

Se rechazan soluciones llamativas pero sin un propósito funcional (futbolines, bistrós, etc.) si no aportan valor real al desempeño laboral.

Reducir distracciones

La oficina del futuro deberá integrar soluciones tecnológicas para optimizar la acústica. Desde sistemas de cancelación de ruido hasta materiales de absorción acústica y mobiliario adaptable, cada elemento del diseño deberá estar orientado a equilibrar la interacción con la posibilidad de realizar trabajo.

Fluir por el espacio

Los pop up vuelven no solo como espacio donde dar a conocer ediciones limitadas, sino como espacio donde conectar con la historia de la marca y que, gracias a su naturaleza efímera, permiten una mayor libertad en calidad de diseño.

 

Case studies

 
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Estas estructuras de madera albergan despachos privados y puestos de trabajo en la sede de InMedia Office Space, una agencia de publicidad con sede en Shanghái. Influenciados por el legado de los callejones de Shanghái e inspirados por la vitalidad visual existente en los pequeños callejones del sur de Europa, Yatofu Creatives abordó el diseño de la oficina de InMedia tratando de aportar un sentido de comunidad al entorno de la oficina.

 
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BuzziHug Work de BuzziSpace crea una especie de “refugio” con el acolchado que abraza su escritorio, que además absorbe el sonido.

03

El Burstah Quarter, en Hamburgo, alberga oficinas, viviendas y restaurantes. La agencia IPG Mediabrands instaló allí su nueva sede, diseñada por Brandherm + Krumrey, con un concepto flexible que equilibra trabajo de concentración, con la colaboración y el intercambio de ideas informal. Inspirado en su oficina de Fráncfort, el espacio de 3.000 m2 destaca por un diseño abierto, colores corporativos y zonas comunes creativas. Elementos tipo «píxel» como muebles, alfombras y divisores textiles en azul y rojo estructuran el ambiente. La iluminación y materiales naturales aportan calidez, fomentando una cultura dinámica en un entorno pensado para el trabajo híbrido.

Créditos fotográficos: Joachim Grothus.

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La gama de mesas compartidas de gran tamaño Joyn, de Vitra, dio origen a una nueva tipología de oficina que promueve la colaboración dinámica y espontánea.

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Qyos es una nueva línea de cabinas acústicas modulares y sostenibles con la que Actiu crea islas de privacidad en oficinas y espacios abiertos. Qyos es la primera cabina burbuja de la marca, diseñada y desarrollada por su equipo de I+D. Aporta ergonomía y comodidad al usuario y satisface las necesidades específicas de privacidad en entornos compartidos.