El momento actual de ‘policrisis’ está afectando a la forma en que las personas gastan su dinero, impulsando una búsqueda de significado más allá de la mera transacción. En este contexto, no es sorprendente que el 64 % de los consumidores afirmen que «las experiencias crean más recuerdos que los artículos de lujo» (Fuente: Financial Times), mientras que el 81 % de los consumidores estadounidenses ven los viajes como una actividad curativa (Fuente: Expedia). Este cambio en la percepción ha dado pie a una nueva forma de viajar enfocada en la transformación personal y en experiencias que fomentan la conexión cultural.

La búsqueda de un viaje significativo y de descubrimiento se ha convertido en algo esencial para los turistas. Las conexiones culturales profundas emergen como una fuerza esencial en la transformación de la industria hotelera, respondiendo a la creciente demanda de experiencias que van más allá del alojamiento convencional. Con el 64 % de los consumidores de lujo priorizando las experiencias por los recuerdos únicos que éstas crean sobre los bienes materiales (Financial Times, Expedia), los hoteles se posicionan como puentes hacia la riqueza cultural y educativa de los destinos, facilitando un turismo más enriquecedor y significativo. Desde excursiones rurales a inmersiones en la cultura local, los datos muestran que los viajeros buscan experiencias que les provoquen un choque cultural, por ejemplo, un 35 % desea encontrar el manjar más raro del mundo (Fuente: Booking).
Finalmente, el compromiso con la sostenibilidad y la responsabilidad social se consolida como un driver de cambio, evidenciando una alineación entre los valores personales de los viajeros y sus elecciones de consumo. «Ya no basta con contaminar menos. Las empresas líderes restauran activamente los lugares donde operan, centrándose en diseñar un negocio que genere beneficios sociales y medioambientales positivos», explica Jeremy Smith, consultor de turismo sostenible.

«Cada vez es mayor el deseo de establecer vínculos significativos con los destinos que se visitan, incluída la interacción con todo lo local: cultura, patrimonio, música, gastronomía… Los hoteles deben comprometerse con la comunidad local y convertirse en un punto de atracción que genere nuevas fuentes de ingresos».
Francisco López Córdoba, Four Seasons

Las marcas hoteleras se convierten así en bastiones de la cultura en todo el mundo. El compromiso por mantener en el tiempo lugares emblemáticos y de interés ayudará al hotel a mantenerse culturalmente relevante. Además, esta inversión en monumentos y piezas artísticas puede ser una estrategia clave a la hora de amplificar su propio patrimonio y crear experiencias más allá de las enfocadas al sector hospitality.
Esta renovada apreciación del tiempo y de la historia que hay detrás de cada experiencia cambiará la identidad de los consumidores, sobre todo los de lujo, que pasarán a ser considerados coleccionistas que se preocupan por algo más que la mera posesión, y que esperarán que el lujo señale su estatus no a través del exceso, sino actuando como auténticos guardianes de la artesanía y la tradición.
Los espacios conectan con las expresiones culturales locales a través de la relación que se crea mediante una artesanía que atrae a los consumidores, que revalorizan y que se decantan por experiencias más conscientes.
El espacio ayuda a contar la historia de un destino o reinsertar la herencia de la marca mediante detalles decorativos que conectan con la autenticidad, el estilo de vida y la emoción.
Con una mirada contemporánea, los espacios de hospitality renuevan el imaginario de las ciudades a través de proyectos espaciales que conectan con la historia y la tradición.
La conexión con el mundo del arte se convierte en una clave fundamental para el diseño espacial.
Cuando el Ace Hotel Kyoto abrió sus puertas a mediados de 2020, los huéspedes pudieron disfrutar de la unión de la marca americana de Ace con la artesanía tradicional japonesa de Kengo Kuma en un espacio que hace honor a la artesanía y la autenticidad atemporales.

Diseñado por Space Copenhagen, el restaurante Blueness en Amberes ofrece una experiencia culinaria única donde el diseño de interiores y la historia de la arquitectura se entrelazan. La paleta de colores oscuros y materiales ricos refleja la estética japonesa, mientras que las columnas y arcos del edificio, originalmente diseñado por el arquitecto Joseph Hertogs en 1905, se mantienen intactos. «El proceso de diseño se ha visto alimentado por la historia fragmentada del edificio renacentista del siglo XVII», explican los diseñadores.
En Londres, el Old War Office, antiguo cuartel general de Winston Churchill y otros destacados estadistas y espías, ha sido transformado en el hotel de lujo The Owo por Raffles Hotels & Resorts por el Grupo Hinduja.

Gilda Haus de CODOO STUDIO es un local en Madrid que fusiona la taberna castiza, la coctelería clásica y la música electrónica.
Fotografía Local: Germán Saiz. Diseño: CODOO STUDIO. Local: Gilda Haus