Destinos de evasión

Los viajeros, sobre todo aquellos con mayores recursos, buscan experiencias a medida, exclusivas y difíciles de replicar, ansiosos por aprovechar cada momento al máximo y disfrutar de placeres que se alineen con sus expectativas y posibilidades.

En el contexto actual, marcado por una creciente crisis de salud mental colectiva y una era definida por la ecoansiedad y el consumo consciente, emerge con fuerza la búsqueda de la autoindulgencia en pequeños contextos que aún lo permiten, como son las vacaciones. Esta corriente subraya la importancia del hotel no solo como un lugar de paso, sino como un destino en sí mismo, un espacio de evasión última. La urgencia por desconectar de las preocupaciones diarias ha llevado tanto a hoteles como a espacios públicos a reimaginar sus ambientes, otorgando prioridad al juego y a la creación de experiencias estéticamente agradables y emocionalmente enriquecedoras.

Drivers del cambio

Ya sea por los estragos que la pandemia dejó en la salud mental, la cultura del burnout, o la conmoción por la incertidumbre sociopolítica y ambiental de los últimos años, las personas sienten una sensación de vacío que es cada vez más difícil de definir. Algunas investigaciones sugieren que la anhedonia —la incapacidad de sentir emociones— está aumentando desde 2020, y sus efectos ya están despuntando (Fuente: National Library of Medicine). De hecho, un 58 % de los viajeros de Reino Unido buscan experiencias que les saquen de su ‘zona de confort’ y les lleven al límite (Fuente: Booking).

Investigaciones destacan el papel fundamental del juego en adultos para mejorar el bienestar mental, aliviar el estrés y aumentar la resiliencia emocional, aspectos cada vez más valorados en el diseño de estos espacios de escapismo. Por ejemplo, un estudio realizado en Suiza a 255 personas mayores de edad y hasta los 65 años encontró que aquellas personas que dedicaban más tiempo a hacer cosas divertidas con otras personas experimentaban una vida mucho más satisfactoria.

Además, la actual policrisis global, lejos de aplanar las aspiraciones de disfrute, ha agudizado la percepción del tiempo como el activo más valioso, transcendiéndolo como un lujo que no distingue entre clases (Fuente: Luxury experience and consumer behavior). Esto hace que experiencias de ocio no materiales, como los viajes, cobren mayor importancia en el presupuesto general de los consumidores.

 

Finalmente nos encontramos también ante las dos generaciones —la generación Z y los millennials— que más responsabilidad están asumiendo respecto a los retos ambientales globales. A la vez que son las generaciones más conscientes respecto al impacto de su consumo, la carga de responsabilidad de ser sostenibles les hace buscar momentos de evasión para sobrellevar la ansiedad ecológica.

«La noción de lujo ha evolucionado considerablemente. No se trata solo de un buen servicio y comodidades; el lujo está profundamente arraigado a experiencias auténticas que ofrecen pruebas de dónde ir, qué mostrar y qué tipo de artesanía promover».

Peter Bundgaard y Signe Bindslev, Space Copenhagen

La consecuencia

La consolidación de la economía de la experiencia como el modelo de negocio dominante refleja un cambio fundamental en la industria hotelera. Los hoteles ya no se centran únicamente en vender alojamiento, sino en ofrecer experiencias memorables y transformadoras como el núcleo de su servicio. La inversión en crear momentos de asombro y placer, que pueden ir desde conciertos privados hasta experiencias gastronómicas únicas y actividades de bienestar integradas, se convierte en esencial.

El diseño de los hoteles se transformará para ofrecer espacios que puedan adaptarse a diferentes tipos de experiencias y actividades. La flexibilidad se convertirá en un elemento clave para acomodar las diversas formas de búsqueda de placer y evasión de los huéspedes, desde áreas de juego y recreación hasta espacios tranquilos para la meditación y el retiro.

Para los diseñadores, esas ganas de diversión y juego representan una oportunidad para atraer a las personas a los hoteles a través de entornos maximalistas, positivos y llenos de humor que ofrezcan momentos para el disfrute. Por eso, los nuevos espacios hospitality presentan estructuras y mobiliario que se inspiran en los parques infantiles, los dibujos animados y las series de televisión, empujando a los usuarios a interactuar físicamente, logrando así descubrir nuevas vías de expresión. Promover el juego entre los adultos se convierte en una forma de liberar estrés, provocar emociones positivas y una mayor satisfacción vital.

La demanda por experiencias únicas y a medida implica que los hoteles tendrán que invertir en entender y anticipar las necesidades y preferencias específicas de cada huésped, lo que podría traducirse en la incorporación de tecnologías avanzadas para recopilar y analizar datos de los clientes. Esto permitiría la creación de ofertas personalizadas que abarquen desde la elección de la habitación hasta experiencias gastronómicas y de entretenimiento personalizadas dentro del hotel, asegurando así una estancia única y profundamente personal para cada visitante.

Las claves del diseño

Tematización

Estructuras y mobiliario inspirados en parques infantiles, dibujos animados y series de televisión, que empujan a los usuarios a interactuar físicamente, descubriendo así nuevas formas de expresión.

Espacios para el juego adulto

Fomentar el juego entre los adultos se convierte en una forma de liberar estrés, promover emociones positivas y una mayor satisfacción vital. La clave estaría en dar prioridad al juego a la hora de diseñar los espacios, no solo como estética, sino también como función.

Conectado al destino

Los interiores que cuentan la historia de un lugar o transmiten el legado de una marca coinciden con el deseo de los consumidores de vivir experiencias más auténticas y envolventes.

Placer adulto

La introducción del juego no riñe con tendencias estéticas que conectan con el mundo adulto y el lujo.

Colabo

La introducción del juego no riñe con tendencias estéticas que conectan con el mundo adulto y el lujo. Artistas, diseñadores, creadores y fenómenos culturales momentáneos puedes colaborar para transformar el espacio del vestíbulo en un happening.

Design & tech

Aparecen nuevos socios en el negocio tecnológico, donde la tecnología y la estética de los videojuegos entran en escena. Tecnologías como los NFT brindan nuevas oportunidades para trabajar la exclusividad y la fidelidad entre las nuevas generaciones de ultrarricos.

Case studies

 
01

El Hotel Los Felices revive el encanto del estilo de mediados de siglo XX de Palm Springs, de la década de 1960, llevando de vuelta todo su glamour y centrándose en la indulgencia y el placer. El concepto, de Ilmiodesign, es la novena apertura de Concept Hotel en Ibiza.

 
02

La artista australiana Cj Hendry crea la experiencia artística Plaid, un espacio de dos plantas y 1.524 m2 en Brooklyn que está revestido de vigas de colores, centrado en el tema de la nostalgia y el juego. «Plaid anima al espectador a conectar con el niño interior y experimentar la sencillez de la alegría antes de crecer y sentir el peso de la edad adulta», explica Hendry. La exposición se complementa con 24 obras de arte originales creadas por Hendry.

03

Proyecto conceptual para FoodX 2.0, cadena de restaurantes en Polonia. Imágenes creadas por Nova Studio (Lukasz Staniewski)

04

Airbnb colgó en su sitio web la Casa de Ensueño de Barbie en Malibú, una réplica de la famosa casa de la muñeca a tamaño real. Tras el estreno de la película se hizo una versión Mojo Dojo Casa House, tematizada con experiencias propias de la casa de Ken.